Conversamos con la Dra. Marcela Agüero, geriatra y el Dr. Emilio Torres, neurólogo sobre la importancia de una valoración geriátrica integral con enfoque multidisciplinario, involucrando al campo de la neurología. La “Demencia y el Deterioro Cognitivo” son patologías que se han exacerbado como efecto de la pospandemia del COVID-19 por lo que la salud mental es clave para una vida sana y feliz.
A partir de los 75 años de edad hay cambios fisiológicos que provoca un deterioro gradual cognitivo que no significa que haya una demencia instaurada. Hay problemas de memoria, en algunos son leves porque no le afecta su vida diaria, en otros casos un estadio intermedio hacia la demencia. “El paciente se vuelve dependiente, con afectación en la función ejecutiva, la toma de decisiones, planificar, realizar tareas, los pensamientos, algunos casos leves, otros transitorios o permanentes”, explicó el Dr. Emilio Torres.
Agregó además que olvidarse de las cosas como no encontrar la llave del auto, y no saber donde uno puso sus anteojos o no acordarse el nombre de una persona no es una señal de preocupación, porque a veces el estrés, un mal día con preocupaciones o angustias nos hace distraídos o con mala memoria para ciertos detalles a lo que no le prestamos mucha atención.
CALIDEZ HUMANA
La Dra. Marcela Agüero, refirió que el Servicio de Geriatría de la Fundación TESÃI dispone de una atención protocolizada y humanizada, con énfasis en el cuidado a pacientes encamados, alimentación a adultos mayores con demencia, prevención de caídas, abordaje de enfermedades neurodegenerativas, ACV en adultos mayores, etc.
Hay diferentes tipos de pacientes frágiles y no frágiles y cada uno tiene un tratamiento diferenciado. Los cuadros de demencia y deterioro tuvieron un aumento exponencial luego de la pandemia del COVID-19 por la poca interacción social y el confinamiento, la vida sedentaria, la depresión por la pérdida de seres queridos y otros factores multidimensionales.
EJERCICIOS Y ALIMENTACION SALUDABLE
Dentro de las recomendaciones preventivas está la buena alimentación, el ejercicio físico es la clave para evitar un deterioro cognitivo. La valoración geriátrica no es solamente ver la patología de base que tiene el paciente sino engloba todo lo que concierne a la relación social que tiene esa persona.
La Dra. Agüero, acotó que “Influye mucho el aspecto familiar, el aspecto físico, si hay masa muscular disminuida, la funcionalidad del paciente. Sus actividades en la vida diaria, si es independiente. Eso nos da un grado de fragilidad y a partir de ahí ver las mejores opciones para su tratamiento”, señaló.
BENEFICIOS PARA EL CEREBRO
Hacer una actividad física activa una zona del hipocampo del cerebro muy importante para la reserva cognitiva y la reparación de neuronas, además de la actividad social que significa interacción y relaciones humanas. “Al cerebro le hace bien compartir con personas, conversar, tomar un tereré, un café. Una buena alimentación previene enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares”, precisó el destacado neurólogo.
Ambos profesionales enfatizaron la importancia del sueño como función reparadora para el cerebro, lo ideal es dormir 8 horas al día porque regenera las neuronas y se fortalecen las conexiones sinápticas que ayudan a mejorar el procesamiento de información. El cerebro define lo que somos, lo que sentimos, regula nuestras emociones y pensamientos, un cerebro sano es mejor calidad de vida, cuerpo sano es mente sana.